Pero no prestamos atención a que las estadísticas oficiales toman como pobres solo a aquellos que ganan menos de 72 dólares mensuales, lo cual  es una visión demasiado optimista de lo que son en verdad las cosas. 

En mayo del 2012 se calculó la canasta básica en 557,44. Y cabe preguntarse, los que ganan más de 72 pero menos de 557,44 dólares, ¿no son considerados pobres? Hay familias que no tienen ni para cubrir su canasta básica.  Pero sobre estas cifras, las personas que apoyan al gobierno y lo consideran ejemplar, siempre dicen el mismo argumento: ¡Mira las carreteras! Sí he visto muchas carreteras y es uno de los aspectos que he considerado digno de aplaudir. El problema es que refugiándose en el manto inmenso de las obras viales justifican cualquier error que comete el gobierno, sea que le dieron asilo a un perseguido de la justicia por delitos no políticos o que el Presidente utiliza sus cadenas sabatinas para despotricar en contra de todos los que no piensan como él y tienen los suficientes pantalones para hacer pública su inconformidad. Lo que más me ha sorprendido, y no de una manera grata, es la manera en la que el presidente utiliza las cosas que muchos personajes le hicieron a los pobres de este país para crear un odio y un sentimiento nefasto de rechazo para todo aquel con comodidades y recursos. Si bien es cierto que muchos de los que hoy tienen dinero no lo ganaron lícitamente, también conozco muchísimas personas que lo lograron con trabajo y esfuerzo individual. Antes no era muy común que una persona te guarde rencor simplemente por ser pudiente. En cambio hoy, muchísimas veces toca lidiar con personas que demuestran abiertamente su rechazo hacia los “aniñados” o “pelucones”, que nunca les han hecho nada, pero debido a que el Presidente Correa en sus cadenas sabatinas se encarga de fomentar repulsión hacia ellos, deben aguantar todo tipo de desplantes y malos ratos.  Sin embargo, en lo personal tengo fe. Y estoy convencido de que la sociedad ecuatoriana es trabajadora y emprendedora. Es por eso que hace unos meses decidí unirme a un movimiento. Y sobre eso, solo les puedo decir que he aprendido que otro Ecuador si es posible, y que está en cada uno de nosotros luchar por él, juntos y sin resentimientos. De la mano y no con un juego de manos, para ver quien es más fuerte o quien tiene más poder.. <