Es común escuchar que el pan es un alimento que engorda y que debe ser eliminado de la dieta, más que todo en las personas que sufren de sobrepeso, pero el pan resulta uno de los pilares básicos de la alimentación.

Este alimento, junto a otros derivados de cereales y granos, se encuentra en la base de la pirámide de la alimentación y su consumo es recomendado: entre cuatro y seis raciones diarias.

 

Propiedades. El pan proporciona hidratos de carbono, minerales, vitaminas, proteínas y fibra. Todos estos nutrientes son fundamentales para una buena salud y llevar una vida cotidiana con la energía adecuada y necesaria. Durante la infancia y adolescencia se sugiere el consumo de pan para el desayuno, recreos y merienda, ya que el consumo del mismo favorece el desarrollo físico y el rendimiento escolar. Apenas contiene grasa y no está bien señalarlo como un causante del fracaso de una dieta. 

Los panes integrales causan saciedad por su alto contenido en fibra y así puede regularse el control de la cantidad de los otros alimentos que se consumen. La fibra también favorece la función del intestino y la prevención de enfermedades degenerativas. Destaca por su contenido de hidratos de carbono, y además de estos las proteínas componen de un 7 a 10 por ciento del pan y en complemento con otros alimentos de alto valor proteico se mejora la calidad de la proteína que se ingiera. Las vitaminas presentes en el pan son las B, B1, B6. Cien gramos de pan blanco o integral cubren la ingesta diaria recomendada de calcio, fósforo, hierro, magnesio y zinc, dando energía para empezar el día. <

 

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