Y no se trata de dejarlos de consumir, porque son elementos fundamentales de la dieta manabita; simplemente los comensales tendrán que pagar más, con lo que se altera la economía casera.

 

Plátano. Las familias manabitas para disfrutar, por ejemplo, de un plátano asado, corviches, patacones o empanadas, tienen que gastar hasta cuatro dólares de más de lo que invertían hace 15 días en un racimo de "verde". Aunque hay un alza promedio de 2 dólares.

Robert Cedeño compraba un racimo pequeño con tres dólares, pero ahora tiene que cargar cinco dólares en el bolsillo para aquello, lo que le varió el presupuesto.

Mientras, José Macías, comerciante del mercado 1, vende ocho plátanos por un dólar, cuando antes daba 1o ó 12 plátanos por el mismo precio. Igual, por un dólar entrega cinco maduros, cuando antes era el doble.

Justamente Cedeño extraña esos precios, más aún cuando hay otros productos que también han subido, como el limón.

Enfatiza que por un dólar dan seis limones, cuando hace dos meses se obtenía 20 unidades por ese valor.

De igual manera, no sólo el desayuno casero se ha encarecido por el alza del plátano, también productos derivados como el chifle.

Mariana Pillasagua, propietaria de Chifles Portoviejo, expuso que el tacho de seis libras subió de 9 dólares a 10 dólares; asimismo, la libra que costaba 1,50 dólares, ahora vale 1,75 dólares y con la perspectiva de redondear a dos dólares.

Es que Pillasagua compra y trae los plátanos desde El Carmen. Gasta 10,50 dólares por una caja de 70 libras (unos 95 plátanos), siendo el resultado de una escalada desde hace un año, que se había mantenido en 7,12 dólares

 harina. El aumento en la harina, de 37 dólares a 42 dólares el quintal, hace preveer que el pan suba. 

Pero eso no ha acontecido en la capital manabita. Aún el valor mínimo es de 10 centavos, tal como lo vende José Rodríguez, quien dijo que no está previsto subirlo para no afectar al bolsillo del pueblo. Lo que sí hará es achicar el pan. 

Luis Avilés, por su parte, lo vende en 12 centavos desde hace un año y se mantendrá así aunque haya un alza, pero reducirá el tamaño. No obstante, Carlos Bravo admitió que a pesar de que achicará el pan, eso implicará que los clientes acostumbrados a gastar 50 centavos por 5 panes, al ser más pequeños tendrán que comprar más. Ahí radica un mayor gasto en la familia.