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LA PAJA EN OJO  AJENO
LA PAJA EN OJO AJENO
Por: Edison Cevallos
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Lunes 20 Agosto 2012 | 00:00

La polémica que ha desatado el asilo político otorgado por el gobierno del Ecuador a quien ha sido calificado como el pirata informático, el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, realmente que a ningún ecuatoriano le sorprendió. Era una crónica de un desenlace anunciado, sobre todo y conociendo la total independencia en las decisiones a tomar del presidente Rafael Correa.

En el marco legal no existe violación alguna que afecte o transgreda el derecho internacional al que nos hemos sometido como Estado en nuestras relaciones con los países del orbe, en las que se encuentra incluido el Reino Unido, potencia mundial de un rígido comportamiento diplomático, que con su reacción en el tema, por lo menos la asumida inicialmente, encendió más la chispa y acentuó la controversia
I esto, con la acidez de nuestro mandatario hacia esa potencia europea, progenitora del país que reclama finalmente al refugiado para encerrarlo de por vida o condenarlo a la pena capital, ambos estados destinatarios directos de una animosidad natural de nuestro presidente, dio lugar a una pugna de impredecibles consecuencias, donde cada cual defiende sus derechos con argumentos ligados a sus obligaciones y leyes naturales.
El otorgar asilo es un derecho indiscutible y legal del Ecuador, en este caso lo asumió de manera soberana; pero no se puede negar que, a su vez, el extenderle el salvoconducto al refugiado es un derecho indiscutible del gobierno donde se da el hecho, en este caso de Inglaterra. Y frente a estos dos encontrados puntos de vista, más el hecho de que Inglaterra no es suscriptor del convenio de La Haya, la cosa va para largo.
Por esta vez, el presidente Correa ha tomado como antecedente la exagerada desproporcionalidad de la pena que se le impondría al refugiado por delitos o comportamientos que en Suecia, país que reclama al refugiado; y EE.UU., verdadero interesado en recluir al australiano por revelar - para ellos  secretos de Estado - que en nuestro país, más allá de violar el derecho a la intimidad, en el marco legal nuestro, la sanción punitiva es inexistente.
El tema irá para largo y el asilo concedido debe garantizarle al creador de esta verdadera comedia, Julian Assange, una inmunidad mientras permanezca en nuestra embajada, sin salir un milímetro de ella. Y es de dudar que Inglaterra con cualquier ardid pretenda violar nuestra soberanía, las previsiones que ha tomado en Ecuador en este caso publicitando al mundo su decisión, deben haber hecho curar en sano a la potencia europea.

Pero, paralelamente al tema, es interesante que Correa, autor directo de tantos escándalos judiciales, tipo El Universo, sanciones por exceso de velocidad, etc.,,  se haya convencido de lo irracional que resulta una pena desproporcionada al delito o acción cometida, viendo la paja en ojo ajeno. 

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