Una secta musulmana rusa, cuyos miembros fueron acusados de maltrato infantil, mantuvo durante más de diez años bajo tierra a una quincena de niños en una vivienda de Kazán, capital de Tatarstán.
El jefe policial de Kazán, Ranis Bajitov, reveló que al menos 15 niños fueron localizados en zulos construidos en ocho niveles subterráneos bajo una vivienda. "Los zulos tenían forma de laberinto", con habitaciones de seis metros cuadrados", explicó Bajítov. <