Son las 11h00 del jueves y las señoras están sentadas en el portal de su casa, viendo pasar a la gente. Sonia tiene 76 años. Llegó a vivir a la calle Chile cuando tenía 5 años. Recuerda que antes la Chile era de tierra y que en medio de la calle pasaba una zanja, por donde evacuaban las aguas lluvias.
“Habían pocas casas y la gente tenía que hacer puentes de caña para poder salir de sus viviendas, porque en invierno esto se llenaba de lodo”, cuenta.
Asegura que los únicos “vehículos” que pasaban por su casa eran los burros y los caballos. “Ahora ya pasa todo tipo de vehículos, desde bicicletas hasta camiones”, dice entre risas.
Teresa, en cambio, indica que poco a poco la calle empezó a llenarse de comerciantes y de familias. “Esto era puro monte; la calle no era tan larga como ahora”, relata.
Ella comenta que el cambio ha sido drástico, pues de un momento a otro el silencio se convirtió en bulla y progresivamente los burros y los caballos fueron reemplazados por las motos y los carros.
Ambas coinciden en que hace 70 años el sector era más seguro.
“Nosotros nos quedábamos hasta las 11 de la noche conversando en el portal de la casa, ahora ya no se puede hacer eso", dice.