Acosta (Montecristi Vive) junto a Gustavo Larrea (Participación), Lenín Hurtado (MPD), Salvador Quishpe (Pachakutik), Manuel Salgado (fracción Socialista) y Paúl Carrasco (Poder Popular) recorren el país. 

La intención es llegar a las 24 provincias. Hasta ahora han visitado siete. Hablan de que el respaldo sube. La unidad de las izquierdas tiene como principal objetivo derrotar al actual mandatario, Rafael Correa. 

 

 RECORRIDO.  Andan juntos, pero si alguien falta lo justifican. Paúl Carrasco estuvo en la mañana en Chone y Portoviejo, pero debió retornar a Cuenca, porque como prefecto de Azuay tiene asuntos por resolver. 

De los seis, uno será el candidato a la presidencia en las elecciones del 2013. La movilización, como la denominan, concluye el 26 de agosto. 

El 1 de septiembre, en la convención a realizarse en Guayaquil, escogerán el candidato. El binomio lo decidirán después. 

Se los ve unidos. Ninguno quiere ser más protagonista que el otro. Ellos apoyaron a Correa para que llegue al poder, pero consideran que los traicionó. 

“El presidente Correa nos plantea ahora que la Constitución de Montecristi no sirve para nada, que tiene excesos de derechos, precisamente porque nunca tuvo un compromiso sincero de construir una democracia participativa”, señala Larrea, quien fue su Ministro de Gobierno. 

Todos coinciden en que la base del proyecto político es la Constitución. 

"El gran objetivo no es sólo  ganar las elecciones, es cambiar el país", dijo Alberto Acosta, quien fue presidente de la Asamblea Constituyente. 

 

Lenín Hurtado considera que este proyecto busca llegar al poder como primer paso. Después iniciarán la transformación, y para eso estarán en permanente contacto con los ciudadanos. 

En la parte económica, Acosta plantea una relación armónica entre estado, mercado y sociedad. 

“Lo que queremos es una economía dinámica. El buen vivir es para todos o no es para nadie”, asegura. 

Mientras recorren el país, los seis precandidatos están pendientes de lo que ocurre en el Consejo Nacional Electoral (CNE).

No descartan una movilización a nivel nacional.

 

 

Creemos que ha existido un intento fallido en el pasado de unir a la izquierda, pero mucho más importante es lograr que esta unidad se mantenga para alcanzar los cambios estructurales que abandonó el presidente (Rafael) Correa. 

Ganar las elecciones es sólo un primer paso, podemos construir en conjunto un Ecuador diferente, con equidad, justicia, igualdad y respeto a la Constitución que es del pueblo. 

 

En la parte económica hay que impulsar un modelo que supere el de vivir de la renta petrolera o la minería. Un modelo productivo que implique el bienestar, que fortalezca la economía popular y solidaria. Que la gente gane su dinero con dignidad y no que hagamos de la mendicidad, política de estado. En la política global hay que ecuperar el sentido histórico de nuestra nación, con una democracia más participativa.<

 

Las pequeñas y medianas empresas generan más del 60 por ciento de empleo del país y apenas participan en un 6 por ciento de las ventas nacionales. Eso es lo que tenemos que potenciar. Hay que llevar créditos y asesoría tecnológica.

Las pequeñas y microempresas tienen que pasar a formar parte de la economía, en la actualidad están dentro del Ministerio de Inclusión Económica y Social, tratadas al margen, con un criterio clientelar. 

 

El programa de gobierno se construye sobre la base de los mandatos constitucionales, eso es lo que ya nos une y siempre el referente para avanzar será la Constitución. Si nosotros estamos reclamando el respeto a los derechos, estos son los cimientos sobre los cuales trabajaremos.

Otro de los puntos es la construcción de un estado plurinacional. Reconocer al otro por distinto que sea, es fundamental en Ecuador. <

 

El motivo de esta unidad de izquierda es impulsar, fundamentalmente, la materialización de esa carta de navegación que fue la Constitución Política aprobada con más del 80 por ciento de los votos. 

Ahora resulta que  lo que se construyó democráticamente allí, se lo quiebra, se lo abandona. Esto es sin dudas un acto de traición que creo que el pueblo ecuatoriano no lo ha advertido suficientemente.