Medio centenar de miembros de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) participaron en Santiago en el intento de toma de la sede de la Unión Demócrata Independiente (UDI), el partido más conservador de la coalición gubernamental.

Algunos de ellos lograron franquear las rejas y entrar al jardín que antecede al edificio antes de que llegaran efectivos de Carabineros, que detuvo a tres jóvenes por desórdenes, según informaron a Efe fuentes policiales.

"ACES se toma sede partido de la UDI, emplazando a la clase política de los robos de los dineros destinados a educación de todos los chilenos", señaló la agrupación en su cuenta de Twitter.

Horas después, Carabineros empleó carros lanzaagua para dispersar a un grupo de estudiantes que se manifestó frente a la Universidad de Santiago, en la zona oeste de la Alameda, con la intención de cortar la principal avenida de la capital chilena.

La ACES mantiene además la convocatoria de la marcha anunciada para este miércoles en Plaza Italia, punto neurálgico de la capital, desde donde pretenden marchar por la Alameda hasta la plaza Los Héroes.

Sin embargo, la Intendencia (gobernación), sobre la base de un informe policial y de los destrozos ocurridos en la última marcha que el pasado 28 de junio transitó por la Alameda, no autorizó este recorrido y propuso dos alternativas que fueron rechazadas por los estudiantes, según informaron a Efe fuentes de esa institución.

Es previsible por tanto que, tal como ha ocurrido en otras ocasiones, Carabineros disperse a los estudiantes conforme vayan agrupándose en Plaza Italia y la marcha no llegue a realizarse.

Los estudiantes secundarios no suelen tener además tanto poder de movilización como los universitarios, que no han convocado la marcha de mañana pero sí la respaldan.

La última gran manifestación organizada de forma conjunta por universitarios y secundarios congregó el 28 de junio a más de 100.000 personas en Santiago.

Fue la tercera de 2012 convocada por los universitarios de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), que este año ha optado por reducir el número de movilizaciones y ampliar su base social.

Los jóvenes protestan contra el sistema impuesto en 1981, durante la dictadura de Augusto Pinochet, que redujo la participación del Estado en la educación, y piden un modelo público, gratuito y de calidad.

Tras más de un año de movilizaciones, el Gobierno de Sebastián Piñera ha avanzado en las facilidades de financiación a través de becas y créditos, pero la educación gratuita, principal demanda de los jóvenes, queda aún lejos.