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Ecos del alma
Ecos del alma
Por: Melvyn Herrera
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Lunes 06 Agosto 2012 | 00:00

Hace unos días Fundación Valdivia nos presentó el libro de poemas “Ecos del alma” de Guillermo Celi Dávila, arquitecto portovejense que con ello sorprendió a quienes desconocían esas artes del exministro y conocido hombre público; en esto me exceptúo debido a que, por la amistad que mantuve con su señor padre, que continúa con él y su familia, y por alguna hechura literario-musical de este servidor, Guillermo hace meses me confió su obra, que de inmediato leí y motivó esta nota, estando redactada desde entonces en espera el evento, para publicarse comentando la obra:

 Ni bien abrí el libro -prologado por mi tocayo el Arq. guayaquileño Melvin Hoyos- leí el poema Julia Raquel que me sorprendió, porque no fue realizado a su primera novia o algo por el estilo como comúnmente nos sucede; no, ese primer tierno poema de la obra, comienza describiendo  a esa “contadora de cuentos y alegrías” que fue su abuela, continuando con las confesiones de sus sentimientos hacia ella, reconociéndole: “Pusiste en mi alma / el ingrediente más puro de esta tierra: / la fragancia natural de la esperanza.”; entre otras sentidas expresiones. Avanzando en la navegación espiritual de los 34 poemas que hacen la obra,  encuentro inspiraciones hacia Portoviejo y su río, y otro que me sorprendió, a su profesor el artista Oswaldo Viteri, quien decora el libro con trazos realizados al efecto; hasta que surgen los inevitables poemas a la mujer que inspira y luego a los hijos, a Alejandra inicialmente; luego, solo faltan las notas, para escuchar las melodías de Federico Larrea en el poema “Canción al infinito”. ¡Imposible olvidar a los amigos!, Edison Pardo y Patricio Estévez, reciben hermosos poemas. A la mujer en general, Guillermo la mezcla con el río de su ciudad natal y continúa con otra sorpresa al escribirle un bello poema a Linda Zambrano H., fundadora del primer canal de televisión de Ecuador. No olvida a la madre, a quien le dice tiernas palabras de hijo que las dejo para que las disfruten los lectores. Prosigue con varios temas e inspirados   versos, hasta culminar enamorado de la naturaleza, representada por el pelícano que provoca  su poema Incorporal. Loable la decisión del arquitecto en escribir las interioridades de su ser que doblegan a la criatura más curtida. Al mismo tiempo, es ejemplar el acto y un reto que personalmente lo tomo para tratar de imitar en algo y algún día su generosidad de mostrar los ecos de su alma a la comunidad a la que pertenecemos. ¡A Guillermo, gracias por el tiempo  de paz que sus poemas me dieron, esperando que así suceda con todos quienes tengan la suerte de tener entre manos esta obra literaria..  <

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