Según Edwin López, presidente del Comité de Festejo San Pedro y San Pablo de la Iglesia Sagrada Familia, ellos fueron los primeros que instauraron esta celebración de manera organizada.
Los coloridos desfiles con gabinetes de más de 100 integrantes, las bandas de pueblo, fiestas durante una semana y banquetes son parte de estas celebraciones, que en Manabí se hacen desde el siglo XIX.
En Manta más de 10 sectores organizan fiestas.
Los barrios Lazareto, Jocay, Miraflores y sectores como San Juan, Ligüiqui, San Mateo, San Lorenzo y Santa Marianita festejan a los santos de junio a agosto.
A mediados de este mes se hará la última celebración, que se realiza en Los Esteros.
Competencia. Las fiestas de los santos apóstoles se mantienen como una tradición de cultura y fe, sin embargo, el afán de lucirse y de ser el mejor de todos los presidentes, también cuenta.
Este año en Manta las fiestas de Pedro y Pablo, a pesar de la crisis, no dejaron de ser una inversión para quienes adquirieron el compromiso de ser presidentes de los diferentes gabinetes.
Edwin López dice que entre contratación de orquesta, discomóvil, banquete, bebida y otros gastos, existe una inversión de 6 mil dólares por cada presidencia.
Gabriel Rivera, quien fue el primer Presidente de Negros, dice que aparte de la fe y devoción a los santos, hay mucho ego por sobresalir y ser el que mejor comida, bebida y diversión ofrece.
ORIGEN. El origen de las fiestas de estos apóstoles se remonta a los tiempos de la Colonia. Nació cuando los negros de un barco, originarios de África, que pasaban por las costas manabitas, se escaparon, y los españoles, que capitaneaban la nave, comenzaron a buscarlos. Justo ese día eran las fiestas de San Pedro y San Pablo. Como eran cristianos, en vez de pelear se unieron para festejar.<