Esa es la información oficial que está siendo difundida a fin de que los afectados por la viveza de los comerciantes intermediarios, que se aprovechan del sudor y las lágrimas de los agricultores, especialmente de los campesinos,  puedan hacer conocer sus reclamos y, supuestamente, facilitar que las autoridades competentes intervengan a su favor.

Y nos parece muy acertado que exista esa línea directa entre el cultivador y el ministerio, puesto que es un acercamiento inmediato que, se espera, genere una acción también inmediata para la protección del denunciante, de ser correcta su queja.

Sin embargo, hay que esperar que esta intención no quede solamente en aspiración de mejoras, pues de sus resultados dependerá que el sector agricultor o productor empiece a recobrar confianza en sus autoridades, la que se pierde rápidamente cuando los anuncios no pasan más allá de eso. Y casos hay para escoger como ejemplos de las frustraciones campesinas.

Y será mucho mejor si, a partir de esto, se  vigoriza la atención al sector agropecuario, estancado  por  la anemia que afecta a la política oficial agropecuaria.