Hoy en día, la violencia intrafamiliar ha crecido en forma alarmante, lo que ha determinado que en poco tiempo se produzca una disfunción familiar: hogares disueltos, hijos con graves traumas psicológicos. Falta de respeto mutuo, de padres a hijos de hijos a padres.
Se considera que la familia como unidad social responsable de la reproducción de la especie y del abono de la cultura, las funciones parentales que tienen allí lugar, ubicadas en las personas de un padre y de una madre, ocupan el deber de avalar el entorno correcto para el crecimiento y desarrollo armónico de las capacidades y habilidades de sus miembros; la atadura afectiva y el talón emocional otorgado desde dichas funciones dan cuenta de ello.
La familia debe subsistir por los valores que provea a su prole, en lo espiritual, moral, antes que valores materiales, que confunde y embotan a sus descendientes. Mientras más amemos a los nuestros, más cerca estaremos al vértice todas las consecuencias placenteras por recibir.
La comisaría de la Mujer, tutelada por la abogada Sony Zambrano, está atiborrada diariamente de denuncias por parte de mujeres agredidas. La distinguida dama, con su inteligencia, su don de gente y, el enorme espacio que les abre a las denunciantes ha sabido trajinar y en mucho casos ha logrado que la familia no se desintegre, hacer respetar a su género, con la sutileza de su trato y buena dosis de ternura entrega a cada una de las demandantes, como parte de terapia.
El desvelamiento de la existencia de hechos frecuentes de maltrato en la cotidianidad de la vida familiar hizo trazar este fenómeno, no ya como distintivo producto de una psicopatología individual sino como un verdadero problema social; la gravedad de sus consecuencia requirió la extensión de este análisis a la diversidad de sus modalidades: violencia conyugal, maltrato infantil, abuso sexual intrafamiliar , actitudes de abandono hacia personas ancianas y discapacitadas , son algunas de sus expresiones más habituales cuyo peso llega a todas las clases sociales y a los diversos niveles socioeducativos.
La violencia se la ha esgrimido como solución a los conflictos tanto individuales como sociales. La violencia, ocupa la cotidianidad, sin estilo de clases ni de razas. Su dicción, con fuerte tono irracional, nos llega desde los espacios públicos como de los privados, entrando las primeras esferas de desvelo de la soflama político en la escena social.<