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Una aventura diferente (2)

Jueves 02 Agosto 2012 | 00:00

Cuando nos disponíamos abandonar el Museo de los Amantes de Sumpa, nos informaron que el sábado había un programa especial en Sacachún, por la celebración del retorno de San Biritute. Las dos palabras atrajeron la curiosidad de mis nietos y programamos el viaje a este rincón de Santa Elena.


San Biritute un deidad Huancavilca, símbolo de la fertilidad, del amor y del agua, tallada en piedra marina, permaneció por 58 años en Guayaquil. Después de un peregrinar constante para que les sea devuelta, retornó y hoy atrae con su presencia a propios y extraños que van retomando las leyendas y los mitos que se han creado alrededor de este tótem. Lo cierto es que el pueblo ha recobrado paulatinamente las aguas en sus albarradas, otra vez la fertilidad volvió a sus mujeres y es posible que su población se incremente con los nuevos vástagos y con los que retornen ante los programas que desde el gobierno se han implementado para dotar a esta comunidad de servicios básicos.
En la tarde después de comer unos platos muy típicos de la provincia como son el pipián y las tortitas de verde rellenas con salsa de maní, fuimos a conocer el Museo de Ballenas creado en Salinas desde el año 2004. En el museo tuvimos la suerte de contar con un guía extraordinario, el naturalista Ben Haase, quien viene estudiando la dinámica poblacional, el comportamiento de las ballenas jorobadas y de las aves marinas. Admirable ver un esqueleto de una ballena de 12 metros y enterarnos de que son familias de los delfines, que estos cetáceos se clasifican en dos grupos distintos, unos dentados y otras con barbas que funcionan como filtros; que sus aletas son brazos, con manos de cuatro dedos; que cada 15 minutos salen a respirar a la superficie y no expulsan agua sino aire, a la vez que llenan sus pulmones; que las jorobadas, que son las que llegan a nuestras costas amamantan a sus hijos por largas temporadas que pueden pasar de tres años dependiendo de la especie; que un bebé puede medir hasta tres metros al nacer y lactar 70 litros de leche diarios y que son tremendamente solidarias entre ellas.
El domingo fuimos invitados a observar las ballenas junto a la Chocolatera, mientras las veíamos hacer sus acrobacias, nos enteremos de que cada vez se reduce su espacio de navegación, que los riesgos de enredarse en los trasmallos aumentan y a esto hay que añadir la contaminación de las costas. Por lo que, si queremos seguir disfrutando de este singular espectáculo, hay que dictar medidas urgentes para su protección.
Un fin de semana lleno de cultura, naturaleza y  de la ternura de los nietos ¡Una aventura diferente!<

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