Está claro que el Gobierno, en su vocación autoritaria, no cree en la independencia de poderes. Su modelo es el venezolano. Ahí, el poder Legislativo ha entregado hasta la facultad de legislar al presidente Hugo Chávez; y la Corte Suprema de Justicia es un conjunto de obedientes abogados que disfrutan de las mieles del poder, tal como lo han denunciado magistrados venezolanos que se han asilado.
El otro eje del autoritarismo chavista han sido los medios de comunicación que controlan, censuran y castigan de todas las formas posibles para evitar la crítica y el cuestionamiento, hasta cerrar a los más incómodos.
Se le olvida al gobierno que en cualquier país democrático del mundo, con estado de derecho, los medios de comunicación son libres de expresar sus puntos de vista sobre cualquier evento; y solo en aquellos estados autoritarios que no respetan las libertades es que el Gobierno pretende acallar a los medios. Seguramente será el próximo zarpazo del gobierno y sus aliados.<