Actualizado hace: 930 días 16 horas 15 minutos
HISTORIA
Simón Bolívar símbolo de libertad

Hechos de la vida y muerte de grandes personajes de la historia normalmente están rodeados de acontecimientos que llaman la atención: una palabra o un suceso que han quedado como testimonio.

Martes 24 Julio 2012 | 00:00

Profético. En la ceremonia religiosa de bautismo de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, el sacerdote encargado tuvo palabras proféticas, al decir que había nacido para la historia “otro Macabeo, para dar la libertad a su pueblo”. Debe recordarse que, en la historia bíblica, los Macabeos encabezaron un movimiento de liberación que proclamó la independencia judía del poder de Antíoco IV Epífanes, rey seléucida.
En el caso de Simón Bolívar, un destino de grandeza lo aguardaba, pero los golpes de la vida fueron iguales a los de otros mortales, sólo que él supo vencer cualquier temor y contrariedad -lo que constituye un ejemplo para las generaciones posteriores- con un atributo de su personalidad: el valor.  
 
EDUCACIÓN. Simón, nacido el 24 de julio de 1783 en Caracas, Venezuela, siendo niño perdió a su padre, Juan Vicente Bolívar, y ése quizás fue su primer gran dolor. 
Sus maestros, Simón Rodríguez, el sacerdote Andújar, Guillermo Pelgrón y Andrés Bello, no sólo lo educaron en las letras, sino que lograron que las ideas de libertad e igualdad comenzaran a marcarse en su mente y en su corazón.
En esa época la carrera militar era la opción de muchos jóvenes, que empezaban a alistarse desde una edad muy temprana. A los 14 años ingresó como cadete en el Batallón de Milicias de Blancos de los Valles de Aragua. Luego, a los 16 años viajó a España para continuar con sus estudios.  
 
En España. En España encontró su alma gemela. De María Teresa Rodríguez del Toro y Alaysa se dice que era una mujer muy espiritual. Ya junto con ella, regresó a Caracas, pero el destino le tenía preparado un nuevo dolor: el 22 de enero de 1803 fallece su esposa, después de llevar un matrimonio feliz que duró apenas diez meses. Signado con esta nueva prueba regresó otra vez a Europa, y en Francia presenció la coronación de Napoleón Bonaparte. Junto con su amigo y maestro Simón Rodríguez viajaron a Italia, y ascendieron al Vesubio, visitaron la isla de Capri, y luego Roma. Desde la Ciudad Eterna. Este fue el escenario del juramento inmortal que la historia lo señala como un ejemplo de verdadero patriotismo. 
Hablando del tema que ya sería favorito hasta el fin de sus días, Simón Bolívar dijo reflexivamente: "¡ Juro delante de usted, juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi honor, juro por la Patria que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma hasta que se hayan roto las cadenas que nos oprimen del poder español!".
Era un hombre que cumplía con su palabra, que creía en el poder de la misma, en el compromiso con los ideales. Allí comenzó la historia que desemboca en la epopeya libertadora, que lo han hecho a Simón Bolívar lo que es, el prócer admirado. <

 

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