Entre esos lugares están urbanizaciones como Los Tamarindos, Los Olivos, Los Jazmines, en cuyas calles se nota una febril actividad, comentada con satisfacción por los vecinos, pero no hay ninguna señal que dirija a los confundidos viandantes.
Las personas no saben dónde tomar el transporte urbano y los encargados de las obras han desoído elementales normas de respeto a la colectividad.
Desde el lunes pasado, la avenida Bolivariana se ha cerrado desde la avenida del Ejército hasta el Registro Civil, pero no hay señal alguna que ofrezca una ayuda a los conductores que circulan por ese sector.
Otros sectores conflictivos son la avenida 5 de Junio y la avenida América.
Es verdad que para lograr bienestar hay que soportar algunas molestias, pero los contratistas deben tener el mínimo sentido de respeto y responsabilidad con la colectividad.
La Policía de Tránsito y la misma municipalidad tienen la responsabilidad de velar por el respeto y bienestar de esta colectividad.<