HISTORIA. El tejido de paja toquilla empezó en el llamado período de Integración, dentro de la Confederación Manteña. Históricamente, los Huancavilcas, Mantas y Caras, aborígenes que moraban en el territorio que hoy corresponde a las provincias de Guayas y Manabí, han sido considerados como habilísimos tejedores y trabajadores en el arte textil; de ellos se han heredado seguramente, las cualidades que hasta hoy algunos artesanos manabitas mantienen. 

En la década de 1943 a 1953 se obtienen las cifras más elevadas de exportaciones de los sombreros de paja toquilla. En 1855, en París, se inauguró una exposición mundial. Esta colección impresionó favorablemente a la gente europea por la finura del tejido. Por los años 1880 y 1881, el ingeniero francés Fernando Lesseps emprendió la construcción del canal de Panamá, para unir el Océano Pacífico con el Atlántico, y la gente que iba en grupos numerosos a Panamá propagó el uso del sombrero ecuatoriano como el más adecuado para las condiciones climáticas y el tipo de trabajo existentes en ese lugar.

El sombrero se convirtió en la prenda de uso casi obligado. Se lo enviaba desde el Ecuador en proporciones gigantescas, y desde entonces empezó a difundirse en todo el mundo, pero extendiéndose la fama con el nombre de “Panamá hat” o "Sombrero Panamá". 

 

MATERIA PRIMA. La paja toquilla es una especie de palma sin tronco cuyas hojas en forma de abanico salen desde el suelo. Cada planta tiene hojas anchas que alcanzan de dos a tres metros de largo. La parte exterior de las hojas es de color verde; el centro de las mismas es de color blanco marfil o blanco perla y es la parte de la que se obtiene la paja para la fabricación de los sombreros.

 

 RESCATE. Con el objetivo de lograr que el conocimiento del tejido del sombrero de paja toquilla continúe siendo transmitido de generación en generación, el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural de Ecuador inauguró un taller de capacitación sobre esta artesanía en la comuna Pile del cantón Montecristi.