El Consejo Nacional Electoral tendrá la responsabilidad de realizar la división y con ello de cumplir con el espíritu de la ley, que es que los asambleístas electos estén más cerca de sus electores, en una especie de desconcentración política, ya que hasta ahora la tendencia es que los polos urbanos - en el caso de Manabí son Portoviejo y Manta - concentran el mayor número de representantes ante la Asamblea Nacional, en desmedro de la proporción que le corresponde a cada sector de la provincia.
De los primeros ensayos de división que hacen los partidos políticos, se observa que el valle del río Portoviejo es repartido entre los dos posibles distritos. Esto contradice la realidad económica y los intereses de los habitantes del valle, que son comunes a pesar de que geopolíticamente están repartidos en cuatro cantones: Santa Ana, Portoviejo, Rocafuerte y Sucre.
Así mismo, no sería dable separar Manta, Montecristi y Jaramijó; o Pedernales, Jama y San Vicente. La división de Manabí en dos distritos debe ser en base a los intereses de los electores y no del cálculo político. Hay que ensayar varias opciones hasta encontrar la que cumpla el espíritu de la ley y respete las microregiones manabitas.