Una verdad histórica, sentenciada por un extraordinario escritor francés, patentada en su famosa obra “ 5 Leguas de viaje submarino", algo que en su tiempo posiblemente parecía una entelequia, resulto ser una realidad en el presente.

De allí que uno de sus descendientes, afirmara mas tarde que los sueños y pensamientos del pasado indujeron la realización del presente •.
Esto viene a cuento con las repercusiones que tuvo la lucha y preocupaciones del cacique Parrales y Guales, al solicitar a la corona española, en su viaje expreso a España, para tratar con el Rey Carlos 111 de Borbón sobre inquietudes legítimas el año de 1777;  viaje lleno de odiseas, por los sacrificios, tiempo y peripecias para tratar sobre el registro de las tierras y propiedades de su tribu, que quede muy en claro que no sólo pidió el respeto a su comarca, sino el registro de los bienes inmuebles: que para entonces no se concebía ni se sospechaba esta funcionalidad orgánica
para el Imperio ni para los Estados. Sin lugar a dudas en éste contexto surgió la figura indomable y egregia de este baluarte luchador por la dignidad y prosperidad de los pueblos y comunidades aborígenes; acciones que merecen relevarse por su trascendencia histórica, que inicialmente desembocó en la conquista del real mandato del 17 de Septiembre de 1805, que ordena conceder el título real de amparo de las comunidades indígenas; y más tarde al pasar el tiempo, en nuestro país se hace realidad el Registro de la Propiedad como organismo del Estado en el año de 1903 y hoy perfeccionado con las Resoluciones de la
Asamblea Nacional y la Constitución de la República que establece las Registradurías de la Propiedad bajo la administración de los gobiernos cantonales. Su lucha y sus sueños, se cumplieron y lo estandarizan como pionero de de esta  realidad y de éste ordenamiento.<