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El Inicio de las clases

Viernes 06 Abril 2012 | 00:00

El 19 de abril de 1998 Chone soportó la mayor inundación del fenómeno El Niño 97-98. Por esos días era profesor del colegio Raymundo Aveiga de Chone. Las autoridades educativas urgían a los directivos para el inicio de clases. Nicolás García, rector de esa institución reunió a sus colaboradores más cercanos a fin de escuchar criterios. Expusimos varios y se decidió no empezar clases hasta que mejoren las condiciones. Luego de catorce años nos permitimos escribir sobre esos argumentos a fin que las autoridades educativas actuales los lean y los pongan en práctica:


Inundaciones: Los “expertos” del clima aseguran que las lluvias continuarán hasta mayo. Muchas escuelas y colegios están inundados, o, por lo menos con aguas estancadas en sus aulas y patios. Esta situación es apropiada para la proliferación de plagas y enfermedades.
Nuestras ciudades y poblaciones tienen serios problemas con la evacuación de aguas servidas que se mezclan con las de lluvia y de las inundaciones. Esto genera más enfermedades. En Chone escuché un comentario de un padre de familia que decía que con las inundaciones estamos con agua y excrementos hasta la coronilla y cuando las calles se secan respiramos polvo con inmundicias, por no decir otra palabra.
El nivel superficial del agua está alto. Consecuentemente las aguas servidas de los servicios higiénicos de escuelas y colegios no bajarían adecuadamente provocando más problemas de salud a la población estudiantil. Sume a esto la carencia de agua potable para las baterías higiénicas sin contar con los problemas particulares que tienen las instituciones educativas en este tema. La maleza en los patios es otro punto a considerar.
Mosquitos y otras plagas presentes en cada institución educativa tienen que ser eliminados con fumigaciones intensivas hasta ocho días antes del inicio de clases (Ojalá se fumigue con productos menos nocivos que el malation, prohibido por la OMS). 
La salida de los alumnos de sus casas hacia los centros educativos también se ve complicada. Muchos barrios no tienen siquiera lastrado y continuarán con aguas estancadas durante mucho tiempo ya que no tienen drenaje o las vías naturales de desagüe están tapadas por los rellenos anti técnicos u obras de infraestructura mal planificadas. En el sector rural el tema es más grave porque nuestra provincia tiene déficit de vías asfaltadas y lastradas. También, en las zonas altas donde las cosechas no se perdieron, los padres necesitarán a sus hijos para recogerlas debido a la escasez de mano de obra.
Finalmente, el desastre provocado por las inundaciones –y el mal manejo de las represas- ha provocado la pérdida del 80% de los sembríos en las zonas bajas. Con esto la economía local se ve en serios problemas sumando el hecho que no poseemos políticas claras para el sector agropecuario.

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