Solórzano indicó que los plátanos, palmeras, maiz y cacao que había en su finca están anegados y con un embanque de lodo de casi un metro de altura.
Y es que hace poco más de un mes las aguas de los ríos Portoviejo, Chico y Bachillero se han tomado las fincas de varias zonas bajas en el valle de la provincia.
En el sitio Pasaje del cantón Rocafuerte, Ángel Sánchez y otros seis hombres, sacaban los cocos para poder obtener alguna ganancia de lo sembrado.
"El cacao se está muriendo y nadie nos ha dado ayuda", aseguró que no hay pedido de esta fruta, pero aprovechan que hay jornaleros para sacar el producto y vender.
El costo de cada coco está entre 30 y 50 centavos de dólar la sacada, dijo; y esto es una vez cada dos meses, los jornaleros trabajan por 15 dólares diarios, y con el agua hasta el cuello, por lo que sólo se recupera un 50% de la producción, refirió Walter Cobeña.
 más pérdidas. En Sosote Adentro la situación es similar. El agua anega grandes extensiones y las familias ya están con afectaciones por los mosquitos y la picazón de las erupciones presentadas en la piel.
"En el río se fueron los muros y esto ha inundado todo", dijo María Zambrano, moradora del sector. Además, temía que la tarde de ayer, una nueva creciente anunciada, viniera a dejar más desolación en este lugar.
Otro problema que afrontan los campesinos es que no hay trabajo. "Estamos sin hacer nada, porque todo está bajo el agua", dijo Arturo García, mientras observaba el panorama desolador de ver los cultivos bajo agua y lodo.
Continuando el recorrido, habitantes de los sitios Resbalón y Las Chacras también se lamentan por las afectaciones del invierno, sólo esperan apoyo para sacar el agua que está en las tierras para comenzar otra vez, indicó esperanzado Pastor García.
 daños. Gunther Andrade, subsecretario del ministerio de Agricultura, señaló que de las 233.952 has. cultivadas, hay 20.684 afectadas y 9.193 perdidas, hasta esta semana, con una afectación para 7.200 familias manabitas.
También los esteros y quebradas del pasado viernes, dejaron muchas secuelas para Herlinda Ruiz y su esposo, que ayer amuralló con ladrillos su  casa para prevenir la incursión de la quebrada El Zapallo.
El último viernes, mientras Herlinda auxiliaba a los niños que viven en el Hogar de Belén del sitio El Rodeo, donde trabaja, su casa sufrió el embate de las aguas de la quebrada.
Mientras trasladaban a los niños le avisaron que su casa fue afectada. Dijo que sólo oró para que no hubiera pérdidas humanas, porque tiene dos hijos adolescentes y su esposo tiene discapacidad visual por la diabetes.

Afectados
Del sector El Limón Adentro en la vía a Crucita, están pernoctando en la iglesia cristiana El Shadday. Son algunas familias las que necesitan ayuda de las autoridades en este sector de la provincia.

Barrio Las Malvinas con agua y lodo

Las afectaciones por el invierno también ha llegado al cantón Paján.
Cuando llueve, el patio de la vivienda de Graciela Chancay se llena de agua y lodo debido aparentemente, a los trabajos de relleno que hizo el Municipio para construir una vía alterna que pasa por la calle Eloy Alfaro del barrio Las Malvinas, en la ciudadela Víctor Astudillo.
Ella vive en el callejón sin nombre y Eloy Alfaro, y en el mismo sector también ha sido afectada la casa de su vecino Esteban Reyes, quien es una persona con discapacidad, por lo que la pasada semana que llovió fuertemente, sus hijos tuvieron que llegar a auxiliarlo y trasladarlo a otra vivienda, dijo Chancay.
Esta madre de familia pide al Municipio que se proceda a rellenar el mencionado callejón para evitar más afectaciones en la casas del sector. <