El malestar de los comerciantes se genera por varios motivos: el estado insalubre en que están las áreas del camal, la falta de seguridad para los animales que pernoctan ahí hasta el desposte y posterior venta en el mercado, y también un cerramiento del lugar, reconoció Aragundi.
Varios comerciantes aducen que se han robado los animales durante las noches, y nadie responde por la seguridad del lugar.
Wilson Cevallos, administrador del camal, mencionó que desde la anterior administración municipal no se hacen mejoras.
En el lugar, las pozas sépticas están colapsadas. Esta semana no llegó el carro sifonero y cada semana hay que evacuar la poza.
Además, se han muerto unos veinte gallinazos, y están esperando una investigación, porque algunos temen que sea por envenenamiento.<