"Nunca bebí en el set, pero llegaba al trabajo todavía borracho", señala el actor en una entrevista concedida a la revista Heat. "Tengo una personalidad con tendencia a la adicción", añade Radcliffe.

Radcliffe se hizo mundialmente famoso convirtiéndose en el protagonista de la adaptación cinematográfica de los libros sobre el mago Harry Potter. Las novelas de la británica J.K. Rowling dieron la vuelta al mundo y llegaron al cine allá por el 2001, cuando solo tenía 11 años.

Sin embargo, el actor no achaca sus problemas con el alcohol a su incorporación tan temprana al mundo del celuloide. "Creo que hubiese pasado de todas formas. Simplemente está en mí", afirma Radcliffe.

En cualquier caso, no es el primer niño actor que toca fondo en este sentido. Muy sonados fueron también los casos de Drew Barrymore, Macaulay Culkin o Lindsay Lohan, entre otros.