Hasta la fecha Portoviejo no ha podido articular una iniciativa que utilice este enorme recurso político. Puede ser por desidia de los mismos asambleístas, puede ser por el nuevo orden de la política en tiempos de Correa en donde resulta inconveniente opinar diferente, puede ser porque en la municipalidad no hay liderazgo como para poner a los asambleístas a su favor.

Sea como sea, hay que saludar que el recientemente conformado Frente Cívico haya podido sentar a los asambleístas a hablar sólo de Portoviejo. Ese frente puede articular y ser el eslabón comunicativo que nunca debió perderse entre la municipalidad y el gobierno central y el gobierno provincial.

Una agenda mínima podría ayudar a que se acelere la llegada de los 18 millones comprometidos para las calles de la ciudad, la reapertura del aeropuerto, la construcción de un verdadero anillo vial con los estándares viales de este gobierno, el muelle de Crucita y su malecón. 

Es cierto que los asambleístas no son llamados a tramitar obras y menos a construirlas, pero está demostrado que antes como ahora cuando hay peso político se puede lograr mucho.