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Coca
En el Oriente se filma primera película en 3D

Las cámaras fueron los aparatos más admirados por los indígenas del Coca en la producción de la película alemana Die Vermessung der Welt. Es la primera película en 3D que se filma en el oriente ecuatoriano.

Miércoles 25 Enero 2012 | 14:28

Hace un año, un grupo de productores inició trámites y arreglos para una odisea llamada Die vermessung der Welt (La medición del mundo) basada en la novela homónima del escritor alemán Daniel Kehlmann. Relata los acontecimientos, desde un cómico punto de vista, que tuvieron que sortear los científicos alemanes en sus viajes alrededor del mundo y que, a diferencia de la travesía de los cineastas hacia el Ecuador, carecía de las trabas burocráticas de este siglo. La cámara que utilizaron los alemanes fue una Arrifex de 60.000 dólares.
 
"Imagine que para meter los equipos en el país nos pedían cancelar una garantía de más del 100%", explica Alejandro Santillán, director cultural de la organización y uno de los primeros en involucrarse hace 12 meses en la realización del proyecto.
 
Santillán explica que gracias a permisos especiales otorgados por las autoridades del Ecuador, lograron introducir los equipos y así iniciar la búsqueda de las locaciones para el rodaje. "Ese sí fue un verdadero dolor de cabeza", afirma el director cultural.
 
"En las reservas ecológicas era imposible grabar, nadie nos dejaría introducir tremendos equipos en el ecosistema", relata Carlos Enríquez, coordinador de locaciones y uno de los que logró dar con el paradero del que sería el set de grabación: la hacienda Payamino, propiedad de Leopoldo Pauker.
 
Pero, aunque el sitio era idóneo (queda a solo 5 minutos de la ciudad más cercana, El Coca) carecía de acceso para las cámaras, "fue ahí donde intervenimos", dijo Enríquez.
 
Para la locación hubo que construir una carretera de 5 kilómetros, para ingresar los camiones con los equipos para la grabación, con senderos por los cuales se pudiese subir y bajar a las estancias y diferentes sets (tres locaciones en total) y un pueblo entero, una aldea que representaba el lugar al que llegaban los exploradores alemanes. Todo en seis meses. "Lo impresionante fue que cuando llegamos tenían todo tal y como lo habíamos pedido", explica Detlev Buck, el director del filme. "Y pese a eso, la logística fue muy complicada".
 
Fue casi un año de preparación y coordinación para cinco días de filmación, jornadas de 14 horas en el set, tiempo en el que hubo que sortear las picadas de mosquitos, movilización de equipos de 200 libras por empinados senderos, las complicaciones de las lluvias y las barreras del idioma.
 
"Tuvimos que grabar con extras Huaoranis, indígenas que por más que le digas que no mire a la cámara, siempre van a hacerlo", explica Dieter Schulz, asistente del director de fotografía Slawomir Idziak, el mismo que estuvo a cargo de las imágenes de la película Harry Potter y la Orden del Fénix. 
Entre las risas de los alemanes y los indígenas, la tensión por cumplir los plazos fluyó. De a poco la comedia que se quería representar en pantalla invadía el set de grabación y hacía olvidar esta odisea en medio de una salvaje jungla que, día a día, se hizo más amigable.
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