Estos tres hombres son parte de dos empresas de seguridad privada, que prestan sus servicios custodiando valores.
Ellos prefieren quedarse con los seudónimos “Pepe”, “Juan” y “Pedro”, para poder contar sus historias, pues en las empresas donde trabajan no les permiten dar información sobre su labor.
Los jóvenes de 25, 28 y 27 años de edad, tienen la responsabilidad de vigilar  que el dinero de muchas entidades financieras llegue “completito” a su destino, y aseguran que es un trabajo de mucha tensión.
Los tres coinciden en que el miedo muchas veces se apodera de ellos porque ponen en riesgo sus vidas.
“Cuando se hace la custodia de los valores nuestras vidas corren peligro, porque estamos propensos a un asalto”, acotó “Pepe” .
“Juan” dijo que la empresa para la que labora los ha entrenado muy bien y saben cómo actuar ante alguna emergencia.
“Mi alma regresa a mi cuerpo cuando el dinero es transportado con éxito y sin contratiempos.  Se siente un gran alivio”, indicó “Pepe”.
Pero los tres coincidieron que cuando hacen estos recorridos deben mantener la calma y no demostrar nerviosismo, porque deben estar atentos a que la entrega resulte sin contratiempos.
Hasta el momento ninguno ha sufrido algún asalto.

 Años de labor.  “Pepe” dice tener dos años trabajando en este oficio y hasta el momento no le ha ido mal. “Me involucré en este trabajo para aportar en mi casa y ayudar a mi familia”, expresó.
“Juan” se desenvuelve en este ámbito desde hace  tres.  “Un día salí a buscar trabajo, entonces vi un anuncio,  fui a probar suerte, me quedé y desde entonces estoy trabajando”, manifestó.
En cambio “Pedro” se incorporó en este medio por su mejor amigo.
“Mi amigo me dijo que en la empresa donde estaba trabajando solicitaban más personal y acudí y luego me llamaron, eso fue hace un año y medio”, refirió.