Las autoridades de Pyongyang han comenzado a castigar con seis meses de trabajos forzados a quienes no asistieron a los funerales de Estado de Kim Jong-Il el pasado 28 de diciembre, aseguró la prensa surcoreana.
También están aplicando el castigo a quienes asistieron al funeral pero su dolor no parecía genuino.
La pena tiene como meta lograr que los norcoreanos aprendan a admirar a sus líderes.
La prensa surcoreana asegura que aquellos que intentaron escapar de Corea del Norte tras la muerte de Kim serán sometidos a un juicio público, en donde se les impondrá un castigo que está por establecerse.
Según www.dailynk.com,  los orquestados funerales están dejando huellas en la sociedad norcoreana. El medio asegura que son enviados a centros de reeducación aquellos que han sido capturados haciendo circular rumores acerca de que es un "sistema" el hecho de que el poder en Norcorea haya pasado a una tercera generación dentro de una familia gobernante. Otros son enviados como castigo con sus familias a remotas áreas rurales. Sesiones de duelo obligatorio "crean una viciosa atmósfera de miedo".<