Como en las cuatro oportunidades anteriores, Ahmadineyad comenzó su visita en el despacho de Hugo Chávez, el presidente que hace seis años le abrió al régimen de los ayatolás las puertas de la región y que junto a él predica la misma retórica antimperialista.
AsfixiA. La gira de Ahmadineyad ocurre en medio de la agitación militar de las aguas del Golfo Pérsico, cuando la economía iraní, en números rojos, no parece estar para viajes, y cuando las disputas internas corroen al régimen.
El 2 de enero, Teherán anunció el éxito de sus maniobras militares en el estrecho de Ormuz, el canal de salida del 40% de la producción petrolera mundial, que Irán amenaza con cerrar si EE.UU. y Europa endurecen las sanciones.
La decisión de Irán de seguir con su programa atómico le ha valido cuatro rondas de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU y de las potencias occidentales, con la consecuente asfixia de su economía.
Estados Unidos sigue de cerca el itinerario del presidente iraní por la región y ha recordado a Nicaragua y a Ecuador, a través de llamadas telefónicas, las represalias a las que se exponen al estrechar vínculos con Irán.<