Sobre esta muerte hay dos versiones: la del oficial, que afirma que disparó al joven de 18 años porque éste quiso asaltarlo, y la versión de la Mónica Ostaíza, madre del fallecido, quien asegura que Luzuriaga disparó contra su hijo con la intención de asesinarlo.
La tesis de los disparos en defensa propia es contundente, conforme se han realizado las pruebas, dijo Trajano Andrade, abogado defensor de Luzuriaga, durante una rueda de prensa realizada ayer.
Andrade hizo una explicación de cada una de las pruebas que se han efectuado en torno a este caso y, a su criterio, los resultados comprueban que Luzuriaga disparó para proteger su vida y la de María Elena Lucas Valencia, la mujer que lo acompañaba la noche del suceso.
El abogado se refirió a los exámenes de microscopía electrónica, que establecen residuos de disparos en las manos y la ropa de Diego Fortty. Señaló que residuos en las manos determinan que Fortty sí disparó. Dijo que la defensa cuenta con tres testigos presenciales, cuyas versiones coinciden con lo que Jhonatan Luzuriaga ha declarado: que fue objeto de un asalto, que le dispararon y que él tuvo que defenderse.