Actualizado hace: 937 días 7 horas 33 minutos
Santo Domingo
“No beber, no drogarse, no tener sexo”

Básicamente hay un sólo objetivo: cambiar al mundo. Hacerlo mejor.

Sábado 07 Enero 2012 | 00:00

Más armonioso. Más habitable, más humano. Eso es lo que desean los Hare Krishna. Ese es su objetivo primordial. Y para ello primero empiezan por cambiar desde adentro, sus hábitos, y su alimentación.
En Santo Domingo existen alrededor de 15 seguidores de esta filosofía venida de la India, en donde es la religión principal.
Uno de los integrantes del movimiento Krishna es Gisela, (33) quien además es comunicadora social. Ella ha estado en el movimiento por ocho años. Hoy por hoy es una de las que más años lleva practicando la filosofía hindú.
“El principio principal es la Ahinsa, un término en sánscrito que significa: no violencia. La no violencia no sólo contra nuestra especie, sino contra toda entidad viviente, plantas, animales, no violencia contra nuestro propio cuerpo”, explica Gisela o Madre Sattvika, que es como se llama a todas las mujeres dentro del movimiento.
Pero ¿cómo en este mundo lleno de violencia se puede practicar la no violencia?
Con la tolerancia, el aceptar el mundo tal cual es, y aprender a compartir. Pero para llegar a este punto, primero se debe ser misericordioso con uno mismo, sostiene la Madre Sattvika. No beber, no drogarse, no comer carne, no tener sexo fuera del matrimonio,  porque realizar estas actividades son una forma de ejercer violencia contra ti mismo, añade.
Los Hare Krishnas son por principio vegetarianos. Para ellos comer carne animal es practicar la violencia.
La idea es ser más espirituales. Liberarse de las ataduras que genera el mundo material.
Los Krishnas practican el yoga, no el comercializado, sostienen, sino uno meneos vistoso y más intimo. El yoga es la unión con Dios mediante la meditación y conocimiento de las escrituras, según la Madre Sattvika. Y añade: “Practicar la filosofía Krishna me equilibra mucho, porque me saca de la carrera de enfocarme en lo material, sino que también exploro lo espiritual”.

El templo. Juan Lucero (28), estudia diseño gráfico y es del movimiento Krisna. El está explorando junto a su novia la filosofía hindú hace siete meses. Hoy lleva una barba de varios días y usa collares que identifican al movimiento. Su hogar es el templo, donde se reúnen todos los jueves y domingos.
Este se ubica en la calle Guayaquil.
En el interior de la casa las cortinas están bajadas, existe una semi oscuridad. Los muebles son escasos. En la pequeña sala hay una especie de altar donde están las fotos de los gurús, o guías espirituales, que son quienes le imparten los conocimientos a quienes empiezan en el movimiento. También hay fotos de varias divinidades.
Juan explica que la mayoría de la gente vive de una ilusión, atrapados en el sistema que les dice qué comprar y dónde comprar para que sean felices. Sostiene que la filosofía hindú le ayuda a la gente a tomar conciencia de sí mismos y del mundo en el que viven.
Al parecer el ser humano no necesita todo lo que el mercado anuncia, que en el mundo mientras menos propiedades más tranquilidad y felicidad.
Por ejemplo Juan no utiliza celular y se moviliza en bicicleta. Para la Madre Sattvika lo que se necesita es un equilibro entre lo material y los espiritual. “No podemos rechazar al mundo tal cual es, sino aprender a convivir el con armonía”, recalca.

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