Esperanzadora fue para los vecinos de las presas Poza Honda y La Esperanza la información de la firma de un convenio entre la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) y la Secretaría Nacional del Agua (Senagua), para la limpieza de los lechuguines que - como casi todos los inviernos - se habían tomado las superficies de los vasos de ambas represas.
Pero, al igual que reza el dicho popular, en la casa del pobre la alegría duró poco, porque, dada una serie de inconvenientes, la actividad que se tenía como segura y se esperaba eficiente por estar de por medio la intervención de una entidad prestigiosa como es la Espol y el seguro de la gubernamental Senagua, ha resultado un fracaso.
Los lechuguines, luego del tiempo establecido en el contrato, no solo que no fueran desalojados sino que han contraatacado al intento de eliminación, multiplicándose de a poco y con amenazas de hacer mucho más densa la capa que cubre el espejo de agua, impidiendo su oxigenación así como la circulación de canoas, único medio de transporte de quienes viven aislados en la zona.
La situación es delicada y la comunidad manabita exige saber con claridad el motivo del incumplimiento, pues se presenta como una burla a las necesidades de amplias comunidades afectadas, porque el problema ha quedado intacto y demanda una pronta solución.
- ¿Qué te pareció la noticia?
- Buena
- Regular
- Mala