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Justo reclamo de maestros jubilados
Justo reclamo de maestros jubilados
Por: Guido Mendoza Alcívar

Martes 03 Enero 2012 | 00:00

Desde el año 2008 se inicio la entrega de un incentivos económicos a maestras y maestros que se acogieron a su jubilación, mediante el decreto 1127 expedido en junio del 2008, que promediaba entre 12 y 20 mil dólares, según la edad y el tiempo de servicio de la jubilada o jubilado.

En el mismo año 2008, 20 de Octubre, se promulgo la Constitución de Montecristi, en la que en su vigésima primera disposición transitoria dice textualmente: “El estado estimula la jubilación de las docentes y los docentes del sector público, mediante el pago de una compensación variable que relacione edad y años de servicios. 

El monto máximo será de ciento cincuenta salarios básicos unificados del trabajador privado en general por cada año de servicio, la ley regulará los procedimientos y métodos de cálculos. Y finalmente la disposición derogatoria manifiesta lo siguiente: Se deroga la Constitución Política del Ecuador publicada en el registro oficial número uno del día once de agosto de 1998 y toda norma contraria a esta Constitución. El resto del ordenamiento jurídico permanecerá vigente en cuanto no sea contrario a la Constitución. 
Hoy, con la razón más justa del mundo, las maestras jubiladas y los maestros jubilados en los años 2008-2009-2010, están solicitando una reliquidación del incentivo económico que recibieron al momento de su retiro del magisterio, de acuerdo a lo manifestado por la  Constitución de Montecristi en su vigésima primera transitoria, porque a ellas y a ellos se les liquidaron estos dineros bajo la potestad  del Decreto 1127 de junio del 2008, que a esa época ya estaba derogado por la vigencia de la nueva Constitución, por lo cual, lamentablemente, esta justa aspiración de las retiradas y retirados docentes está convertida en una disputa intrascendente, que por un lado la apadrina una dirigente afin a la UNE en el reclamo y por otro lado la enfrenta la señora Ministra de Educación negando el mencionado reclamo, con consecuencias nefastas para estas ciudadanas y ciudadanos que no hacen otra cosa que reclamar su justo derecho constitucional y, por ende, el perjuicio económico al que están sometidos. 
Señor Presidente de la República, haga justicia aceptándole el pedido  planteado por estas personas,  patriotas que entregaron su juventud y parte de su tercer edad al servicio de la noble tarea de educar;  y no permita que sus anhelos de cobrar la verdadera compensación económica  que les corresponde, sean utilizados para dar paso a otros intereses no muy confesables que se están buscando.
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