De esto trata la tradición de los años viejos. Echar al fuego todo lo malo ocurrido en el año que termina, para empezar con nuevos aires. Pero esta tradición también tiene su filo comercial. Daniel Mora (30), lleva 10 años fabricando monigotes y vendiéndolos en esta temporada. Para él un año viejo no sólo representa lo malo que se va, es también una manera de burlarse de sus amigos o parientes. Afuera del taller de tapicería donde Mora construye los monigotes, tiene un muñeco que representa a uno de sus amigos, en la cabeza tiene un par de cachos enormes y en el pecho una inscripción que dice: el terror de las mujeres casadas, en los muslos dice: adiós 2011. 
Un monigote de estos, según Mora, le toma todo un día en hacerlo, claro que esto depende de qué  tan grande sea el muñeco. Aunque hace poco construyó un pesebre para Plaza Hogar él solo, y demoró una semana. Por esto cobró aproximadamente 500 dólares.
Los materiales con los que Mora le da forma a los años viejos son la madera, esponja y cartón. Con la madera hace la estructura, el cartón, el diseño y la esponja los utiliza para darle el acabado al monigote.
“Me hago hasta 80 monigotes en cada temporada, pero me vendo hasta 100 porque siempre me piden otros”, explica.
Los monigotes representan los personajes del año, entre los que se puede encontrar al Presidente Rafael Correa, La Mofle, El Panzón, El Chavo, Garañón, entre otros.
Los precios oscilan entre los 20 hasta los 200 dólares, o más. Todo depende de lo que usted como cliente escoja.
Para Mora, en esta temporada la ganancia podría ser menor, puesto que los materiales han subido. La esponja que antes compraba a un dólar con 25 centavos, hoy cuesta dos dólares.
El año pasado, calcula que hizo 600 dólares de ganancia. En este año pretende llegar a una cifra parecida. En todo caso, ni uno de los 80 monigotes que fabrica se queda sin vender, ni quemar. 
Cuando no es temporada de monigotes, Mora se gana la vida como pintor y publicista.

De cartón.  Alberto Saliaco (42) trabaja de tapicero, pero este fin de año se convirtió en un fabricante de año viejos.
En periodos anteriores Saliaco le había ayudado a su cuñado a fabricar muñecos. Se dio cuenta que la venta era buena y decidió que este 2011 también haría los suyos. Los moldes se los dio el cuñado, la creatividad corrió por cuenta Saliaco.  
Fabricó 200 monigotes, 100 grandes y 100 pequeños. Cada año viejo le demanda tres horas de trabajo, y los materiales que utiliza son cartón y periódico, por este motivo son mucho más económicos que los que fabrica Mora. Los precios están entre 6 y 15 dólares. Un muñeco grande del Presidente Correa o de una tsáchila se puede conseguir por 15 o 12 dólares.
Saliaco manifiesta que si este año los muñecos se venden bien, el año que viene va a fabricar más.