Actualizado hace: 935 días 19 horas 16 minutos
¡FELIZ DÍA, CAPIROS!
De manabiteses y cantares

Para empezar: le cuento provincialeño lector, en este día de manabitismo exultante, de celebración alfarista, de festejo uteémico: en la red hay un sitio en el cual se encuentra un “Himno de Manabí” que comienza diciendo “!Salve, salve, Los Ríos esplendente!”. Qué risa. ¿O qué coraje? No sé. Lo que sí sé es que al creador del website se le fueron las patas (sí, patas) porque aunque compartamos región, una provincia es Los Ríos y muy otra Manabí. ¿O no?

Domingo 25 Junio 2006 | 17:13

Las celebrancias provincialeñas Para continuar: aspiro a que hoy, en las celebraciones de la Universidad Técnica de Manabí, en la sesión solemne del Consejo Provincial y en las conmemoraciones panmanabitas (centradas en la ancestral Montecristi) al gran General Alfaro, se cante el Himno Provincial (el de Pesántez y Brito) como debe ser. Y que sea oportuna (literalmente) la ocasión, para grabarse su letra en el mate. ¿O sí? Para seguir: continúa sin atenderse a la letra del pasillo “Romance de una tejedora manabita”, del poeta guayaquileño Francisco Castillo, mejormente recordado por su seudónimo literario Paco del Casti. En esos versos donde el poeta escribió “Pero, no: ¡guarda silencio!/ Tus secretos no me digas” (es decir, “!calla!”), nuestros artistas continúan diciendo: “Pero no guardes silencio…” (es decir, “!habla!”) y, a continuación, “Tus secretos no me digas” (o sea, “!calla!”). La bella tejedora de dedos de clavellina, ¿debe hablar o debe callar? ¿En qué quedamos, ah? Si nos atenemos a la letra del poema de Castillo, debe callar (“Tus secretos no me digas”). Y subrayo lo de “nuestros artistas”, porque si el error lo cometen otros, qué más queda; al fin y al cabo parecería que no tienen la obligación (aunque sí) de saberse bien la letra de las canciones que interpretan cuando hablan de localidades, lugares ajenos a los de su origen o residencia. En cuanto a esta hermosa canción que compuso don Filemón Macías Joza, está el sentido común (el menos común de todos), la lógica, para entender que si se canta “Tus secretos no me digas” (verso en el que nadie se equivoca), no tiene sentido, es ilógico, anticipar que la tejedora no guarde silencio, o sea, que se confiese.
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