Irrenunciable y no negociable es el objetivo de Desarrollar en Manta el Puerto Internacional de Carga y de Transferencia para la Costa Oeste de Sur América. Esa ilusión movilizadora, ese gran y loable objetivo está en franco riesgo.

Juntas cívicas, gremios, cámaras, universidades unidos todos en una comisión especial, se deben armar de valor y amor propio y demandar al presidente Correa que devuelva el control del puerto de Manta a los mantenses con su apoyo respectivo y no solo se queden en discursos políticos. No existe fiscalización ciudadana de la gestión  de la actual administración, que al parecer podría presentar un serio déficit de carga al término del 2011, en comparación al 2010 (cuando el puerto era manejado por una diferente administración pública), si las tendencias de volúmenes se mantienen. 
Un experto contratado por el gobierno, Rafael Escutia, ya emitió su criterio dirigido a nuestra comunidad. Él dice que, en su experiencia, un puerto de transferencia es un pésimo negocio, ya que encierra costos, tiempo y resta competitividad, no generando riqueza al territorio ni a la economía. ¡Qué tan errado criterio y corto de visión! Singapur, Hong Kong, Panamá, Rotterdam, Dubái, Hamburgo son potencias portuarias y financieras gracias a sus ubicaciones geoestratégicas que los convirtieron en mega puertos de transferencias y símbolos de riqueza y desarrollo a nivel mundial. Ser un puerto de transferencia es una medida logística de conveniencia donde se pueden crear  centros de consolidación y des-consolidación,  agregar valor a mercancías transbordadas, creando así nuevas industrias y transferencias de conocimientos al país y la región.
Manta primero tiene que sentar bases para desarrollar su puerto nacional de carga, y la transferencia, que es un negocio volátil, caerá por su propio peso.  Obviamente esto no se dará por evolución, pero por una planeación y ejecución con precisión quirúrgica. 
Por otro lado, cerca de 1,5 millones de dólares costará el estudio de factibilidad para la construcción del astillero que estará ubicado en Posorja. El astillero tendrá la capacidad de reparar y construir buques mayores a 80 mil toneladas de carga tipo post-panamax. Ese estudio dará a luz una obra. En Manta, estudios dan a luz más estudios. Somos súper estudiados y seguiremos siendo como las vírgenes que aconsejan en temas de sexualidad.
¿Qué va a pasar con nuestro puerto? ¿Se lo va a delegar?, ¿a concesionar? ¿Cuáles son los parámetros, condiciones, apremiantes para Manta y sus industrias?, ¿para el Ecuador?, ¿para la región?. No podemos permitir que nuestro puerto caiga en manos de posibles empresarios nacionales o extranjeros que no tengan la capacidad económica, técnica y coyuntural de desarrollar un puerto que requerirá una inversión superior a los 500 millones de dólares.
Manta, tú decides. Tu autodeterminación, autoestima, dignidad y más que todo el futuro de nuestros hijos están en juego.<