Actualizado hace: 937 días 9 horas 52 minutos
Manuel Guerrero
Defender la Amazonía

Trabajo más de dos décadas en la selva amazónica. Hace cinco años, convoqué al primer encuentro en la Amazonia en defensa de los pueblos indígenas aislados. Nos reunimos en Macas y allí propuse la creación de una Alianza Internacional para su protección. Digo sin angustia pero con claridad: hemos avanzado muy poco en ese sentido. Siento que la urgencia de entonces, se volvió hoy una amenaza definitiva: los pueblos aislados y sus territorios están en riesgo como nunca antes.

Viernes 29 Julio 2011 | 00:00


En los últimos cinco años he visto intereses para sacar a los aislados de sus tierras y  permitir la invasión de empresas petroleras o mineras; he visto cómo se firman decretos y otorgan concesiones para explotar recursos naturales en zonas donde habitadas; he visto indígenas muertos o perseguidos por defender sus derechos; he sentido que seguimos considerando la región oriental  y a los indígenas como un obstáculo a las estrategias de desarrollo, como la que encarna la Iniciativa de Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana. Represas, carreteras, puentes están siendo construidos en toda  la Amazonía, sin proponer acciones que de manera efectiva protejan los derechos de estos pueblos.
No podemos quedar indiferentes ante este drama. Es tiempo de reaccionar y  que los estados, los gobiernos, las empresas, los organismos internacionales, las iglesias, todos, brinden garantías a los derechos humanos de los pueblos aislados del oriente ecuatoriano. Es un deber de conciencia y un imperativo moral. No pido que detengan sus planes de gobierno, reclamo sí que una parte de lo que gastan en obras de infraestructura y las inversiones en industrias extractivas la usen para preservar a los aislados de toda violencia. El YASUNÍ es algo único en toda la Amazonía.
Mis felicitaciones al artículo de Alexander Rodríguez Muñoz (El Diario, 23 de julio), que de casualidad cayó en mis manos en la ciudad del Puyo, que un amigo manabita me hizo llegar. ¿Qué haremos para que esto no signifique más amenaza a la vida y más devastación del bosque? Es nuestra oportunidad para cambiar la historia para siempre, y  evitar que llegue la hora fatal, la hora 25, cuando ya no se puede hacer nada más.
La situación es crítica y todos deberíamos unirnos. No podemos permitir que una parte de la humanidad se extinga. Los aislados tienen que vivir. Son nuestra esencia más pura, nuestro impulso más vivo. Un mundo sin ellos no valdría la pena y en el futuro no habría perdón para una tragedia tan grande que nos hacemos contra nosotros mismos y el planeta.
Los manabitas están aportando con una idea única para salvar la Amazonía de una catástrofe. Los  bonos serán  acogidos de muy buena manera; con las redes sociales dará mucho que hablar.<
 

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