En las calles se observan pocos bañistas que llegan de las provincias de la región Sierra, con la finalidad de disfrutar de las playas y la gastronomía manabita.
Vinicio Carrera, dueño de la hostería Venecia, señaló que de las 55 plazas de alojamiento que tiene sólo  se ocupa el 10 por ciento durante la semana.
María Mendoza de Carbo, propietaria del hotel Hipocampo y dirigente turística de Crucita, recordó que en años anteriores entre junio y agosto había mucha afluencia de turistas al balneario manabita.
“Este año hay un bajón turístico”, dijo Mendoza, quien se alegró al observar las ballenas jorobadas a tan sólo 3 millas (20 minutos de navegación desde el malecón).
El hotel Hipocampo tiene una capacidad de alojamiento para 200 personas, pero en las últimas semanas sólo se han ocupado cerca del 50 por ciento.
Los propietarios de los restaurantes y los vendedores de ropa de baño y gafas también se quejan
Juan Santana, vendedor de gafas, manifestó que las ventas bajaron más del 80 por ciento.
“Antes, durante la semana, me vendía más de 100 dólares, ahora ni 20”, dijo entre tono de desconsuelo el comerciante.
Sara Reina, empleada del restaurante Alas Deltas, señaló que actualmente hay pocos comensales.
Oscar Mendoza, inversionista hotelero y ex concejal de Portoviejo, cree que muchos turistas no llegan hasta Crucita por la falta de difusión y por el mal estado de la vía a la ciudad desde Portoviejo.
Los hoteleros no dan cifras económicas de pérdidas, pero aseguran que son cuantiosas.
Es por eso que los servidores turísticos de Crucita quieren desarrollar ofreciendo el servicio de observación de ballenas para que acudan más turistas a las playas de la parroquia de Portoviejo.