En las calles se observan pocos bañistas que viajan de las provincias de la región Sierra, con la finalidad de disfrutar de las playas y la gastronomía manabita.
“Pocos turistas han llegado en la temporada alta, por las vacaciones estudiantiles en la Sierra y el Oriente ecuatoriano”, dijo Vinicio Carrera, dueño de la hostería Venecia.
Carrera señaló que de las 55 plazas de alojamiento que tiene a diario sólo ocupan el 10 por ciento durante la semana.
María Mendoza de Carbo, propietaria del hotel Hipocampo y dirigente turística de Crucita, recordó que años anteriores entre junio y agosto llegaban bastantes turistas al balneario manabita.
“Este año ha habido un bajón turístico”, dijo Mendoza, quien se alegró al observar las ballenas jorobadas a tan sólo 3 millas (20 minutos de recorrido desde el perfil costero hasta altamar) de las costas de Crucita.
El hotel Hipocampo tiene una capacidad de alojamiento para 200 personas, pero en las últimas semanas sólo se han ocupados cerca del 50%.
Pero no tan sólo los dueños de los hoteles y hostales de Crucita se quejan de la poca afluencia de turistas a Crucita, sino los propietarios de los restaurantes y los vendedores de ropa de baño y gafas.
En Crucita hay una plaza de alojamiento de 1.500 personas.
Los hoteleros no dan cifras económicas de pérdidas, pero aseguran que son cuantiosas.
Es por eso que los servidores turísticos de Crucita quieren desarrollar ofreciendo el servicio de observación de ballenas para que acudan más turistas a las playas de la parroquia de Portoviejo.