Mariana, una joven de 22 años, contó que le han robado su celular tres veces. “Recuerdo que en la primera ocasión que me asaltaron, yo salía de la universidad y me intimidaron con un cuchillo; solo me quitaron el teléfono”, indicó.
Como ella, hay cientos de personas en la ciudad que alguna vez han sido víctimas de este delito o conocen a alguien que haya sido robado.
Según fuentes de la Policía Nacional, el robo de celulares no solo ocurre mediante asaltos, sino que muchas veces los delincuentes arranchan las cosas o las toman sin que los propietarios se den cuenta. “Es común que alguien al llegar a su casa no encuentre su celular en su cartera. Por eso hay que tener cuidado al andar en la calle y en sitios peligrosos”, acotó un uniformado.

Infracción. Según datos oficiales, el robo de teléfonos móviles rebasa a otros delitos. Curiosamente, hace dos años la Asamblea promovió una reforma para convertir el hurto de teléfonos celulares de bajo valor en una infracción. Como era obvio, esto disparó la recurrencia de los atracos. Pronto se dieron cuenta del entuerto y optaron por la enmienda.
Pero para uniformados, abogagos y quienes transitan en las calles, el daño ya está hecho y se ve reflejado en los constantes asaltos. “Los delincuentes roban celulares sin temor porque saben que no pasará a mayores”. <