Correa cuestionó que el presidente de la SIP, Gonzalo Marroquín, desee reunirse con él, luego de haberlo tildado de "dictador".

"Ahora resulta que después de tratarme de dictador quieren reunirse conmigo. Resulta que ahora se quiere reunir con el dictador", afirmó.

El mandatario dijo que el dirigente de esa organización ha afirmado que en Ecuador no existe libertad de prensa, pese a que ha venido al país y ha expresado sus opiniones de manera libre.

Correa polemiza con algunos de los grandes medios de comunicación de Ecuador, a los que acusa de adoptar posiciones políticas y de falsear la verdad con frecuencia.

Mantiene una demanda penal por "daño moral" contra dos periodistas que publicaron un libro en el que se afirma que él estaba al tanto de negocios que su hermano Fabricio mantenía con el Estado, durante su propio mandato.

Una segunda demanda afecta al ex director de opinión del diario El Universo, Emilio Palacio, y a los dueños del periódico, por una columna en la que el articulista afirmó que Correa ordenó disparar contra el hospital de la Policía durante la rebelión policial de 2010.

Otro tema de polémica del mandatario con gremios de medios locales y con la oposición es una Ley de Comunicación que cursa en la Asamblea Nacional.