Olga Smith, de 61 años, dice que Thomas Smith no estaba en su sano juicio cuando cambió su testamento para dejarla sin nada.

 

Ella culpa a su “comportamiento extraño”, incluyendo obsesiones con el uso de ropa interior y batas abiertas sin nada debajo, por culpa de un tumor cerebral que no fue descubierto hasta después de su muerte en el 2009.

 

Pero la familia del señor Smith dice que fue la voluntad de él, después de quejarse que su mujer ”nunca utilizó una escoba, ni le daba comida hecha en casa, ni siquiera una taza de té”.

 

La Corte escuchó que en su testamento original de 1992, el Sr. Smith, un taquígrafo retirado, dejó casi la totalidad de su $700.000 dólares en bienes a su esposa.

 

La pareja se separó en el 2003, pero se divorció, y la Sra. Smith, dijo que le había prometido que ella debía quedarse con la mayoría de sus bienes.

 

Sin embargo, en un nuevo testamento en el 2005, dejó toda su herencia a sus dos hermanos y cuatro sobrinos.