Palacio se encuentra enjuiciado penalmente por el Presidente Rafael Correa por un escrito que el periodista publicara en su columna de El Universo,  manifestando su punto de vista sobre los lamentables sucesos de la insubordinación policial, el 30 de septiembre del 2010.

Ciertas frases de la opinión del comentarista han sido consideradas por el primer mandatario como lesivas a su honor, por lo que le planteó querella judicial demandando prisión de hasta 3 años y 80 millones de indemnización por “injurias” proferidas en el escrito.

Pero el presidente extiende su acusación a tres principales funcionarios del periódico,  inculpándolos de complicidad, puesto que asume que estos estuvieron de acuerdo con el autor de la opinión una vez que accedieran a la publicación del mismo.

Y es aquí donde se configura la lesión a la libertad de expresión, de opinión y de prensa, cuando se hace tabla raza al innato derecho ciudadano a expresarse de acuerdo a sus principios, y de los medios a publicarlos en estricto ajuste a la responsabilidad de quien firma una nota, como es de procedimiento internacional.  

 No estamos contra el derecho de reclamar judicialmente que le asiste a quien se sienta aludido, sino a la descontextualización de ese derecho al desconocer los preceptos universales que descartan a la injuria en el periodismo como motivo de causas penales, así como de la ausencia de responsabilidad de los medios en los escritos cuando esta es reclamada por los autores de los mismos con su firma oficial. Conculcando la libertad de opinión solo se impone el miedo a expresarse honestamente. <