Su jornada de trabajo la resume en dos partes: la primera consiste en ir al “muladar” a buscar plástico, cartones y papel. La segunda parte consiste en llevar lo recolectado a la recicladora donde trabaja y luego comenzar a seleccionar y agrupar lo recolectado. De este oficio vive y mantiene a su familia. Se considera “inmune a enfermedades”, pues señala que a pesar de mezclarse todos los días entre la basura, nunca se ha enfermado.

 Ingresos. Víctor Ávila cambió los clavos y la madera por el plástico y el papel. Su juventud la dedicó a la ebanistería, pero desde el 2006 renunció a ese oficio para dedicarse de lleno al reciclaje. Con el tiempo montó su recicladora y ahora tiene a dos obreros a su cargo. Mensualmente le queda un ingreso de 600 dólares. Con ese dinero él mantiene a su esposa y cuatro hijos.
Estos microempresarios tienen ubicadas sus recicladoras en la Loma del  Cementerio. Rezavala dijo que algunas familias han levantado sus casas con el dinero que este trabajo genera.

 Precios. El quintal de cartón está a cuatro dólares, el quintal de papel a cinco, el quintal de botellas de plástico está a 25 centavos, las botellas de aguardiente a 10 centavos las grandes, cinco las pequeñas. Las botellas de cerveza tienen un valor de siete centavos y los recipientes de plástico ocho centavos. El fierro está valorado en 12 dólares el quintal.
El cobre está a 2.20 dólares la libra, el bronce a 75 centavos, el aluminio a 25 centavos y el monel (acero) a 10 dólares.<