Incluso un médico forense le practicó la autopsia y pudo comprobar que siete balazos hicieron blanco en la cabeza y uno en el hombro. Vestía camiseta blanca y jean azul. Tenía un tatuaje a manera de espinas en el brazo derecho y otro en la pierna del mismo lado.
Fuentes policiales confirmaron que el cuerpo de un hombre, entre 35 y 40 años de edad, fue abandonado por dos desconocidos en el sitio Potrerillo del barrio Puerto Arturo (detrás del camal), quienes arribaron en una camionet y tiraron el cuerpo entre los matorrales de un terreno baldío.
Según los moradores no escucharon detonación alguna.
La policía presume que el hecho de sangre se consumó en otro lugar de la ciudad y los matones eligieron Puerto Arturo para despojarse de su víctima.
Ayer, a las 15h00, el cuerpo fue sepultado en una bóveda del Cementerio General, ya que comenzaba a descomponerse.<