Hace un par de semanas, la Corporación Nacional de Telecomunicaciones inició una campaña agresiva de venta del servicio de internet domiciliario en Manabí. Una ejecutiva llamaba a los posibles clientes, con los que establecía un convenio y a las 24 horas llegaba un equipo de técnicos al domicilio contactado y en menos de 30 minutos ya el servicio estaba en funcionamiento.

Estas experiencias, gratificantes por cierto, nos llevan a creer en la recuperación de la eficiencia de las empresas públicas ecuatorianas. Y hay varios intentos más. Los pagos de impuestos al Servicio de Rentas Internas se pueden hacer desde su casa por internet; consultas de trámites en varios ministerios, igual.
Los préstamos a los que tienen derecho los afiliados y jubilados en el Seguro Social se agilitan sin la presencia física del interesado; igual en el Ministerio de Educación.
Pero la moneda también tiene otra cara.
Por más esfuerzos que se realicen, en el área de Salud hay que afinar detalles para conseguir turnos para los enfermos, tanto en los hospitales del Ministerio de Salud como en los del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social. Hay poca información sobre los gobiernos seccionales y en varios cantones todavía subsiste ese martirio llamado por los usuarios “tramitología”, sobre todo en entidades que emiten documentos de uso permanente, como en el Registro Civil. Tránsito es otro de los ejemplos que deben ser revisados para beneficio de los miles de usuarios en Manabí.
El esfuerzo por el progreso empieza a ser evidente en las dependencias oficiales y eso satisface al usuario.
Es hora de seguir ejemplos e imitar, sin complejos, a entidades que se modernizan para beneficio exclusivo de sus usuarios. <