Carlos Fierro encabezó la ofensiva de México al servirle el pase a Kevin Escamilla para que abriera el marcador (m.14) y después firmar él mismo la anotación de la victoria, ante una Francia que marcó por conducto de Jordan Ikoko (m.17).

 

La victoria enfiló a los mexicanos a la semifinales donde ya esperaba Alemania, que superó 3-1 a Inglaterra en un encuentro jugado en el estadio Corregidora, de Querétaro.

 

Brasil y Uruguay se verán las caras en la otra semifinal en un mano a mano de dos selecciones que son viejas conocidas en Sudamérica.

 

El partido de cuartos de final entre Francia y México se jugó a un gran nivel, en una guerra sin cuartel.

 

Los equipos se atacaron sin parar todo el primer tiempo con todos sus elementos, las más de las veces de forma descontrolada, pero con un fútbol vertical, que buscaba la meta rival.

 

Fierro fue un hombre clave para México porque fabricó el primer gol al ingresar al área por el sector izquierdo y lanzar una raya diagonal que Julio Gómez no pudo impactar y que Escamilla atacó con un golpe de derecha al que el portero francés no pudo llegar.

 

Laborde dirigió la ofensiva de Francia desde el carril izquierdo y por el derecha llegaba Ikoko, autor del 1-1 en un disparo raso con colaboración del portero mexicano, que dejó las cosas empatadas hasta el descanso.

 

Al volver México apretó y Fierro los puso adelante con un disparo cruzado a media altura que el portero Mpas Nzau no pudo atajar. El 1-2 le dio intensidad al encuentro porque ninguno renunció a nada.

 

Las jugadas de peligro se sucedieron. El mexicano Gómez remató de cabeza al travesaño (m.66), Laborde tuvo un remate que pegó en la red por fuera (m.72),

 

México quiso asegurar, tocar la pelota; trató de enfriar el partido y hallar el gol que le diera la calma pero el rival estuvo encima y causó que los locales vivieran con focos rojos el final de los cuartos de final.