Efectivamente, y es que por nuestra desmemoria nos olvidamos rápidamente de temas que siendo vitales para la región pasan a un segundo plano cuando no les damos seguimiento constante, sino que los actualizamos cuando vemos en ciernes algún peligro o “encimamiento” como apreciamos ahora en el tema de la Manga del Cura.

Los medios provinciales anunciaban la semana pasada la acción de la Prefectura del Guayas de enviar a esa zona no delimitada y que pertenece a Manabí  (la historia y los documentos lo prueban) brigadas para cedular por primera vez o renovar el documento a los habitantes de esos sectores. Y está bien que lo hagan (aunque no es competencia de esa entidad entregar cédulas) porque están en su derecho de pelear y posesionarse de esos territorios, pero también es nuestra obligación no perderlos y por ello es que cada vez que podamos vamos a conminar a nuestras autoridades, especialmente a la Prefectura, a que ¡no sean dormidos¡ y le den más fuerza a las obras, inversión y presencia institucional (si es que lo están haciendo)en esa área vital para el futuro del manejo de cuencas hidrográficas.
Hasta ahora no se le ha dicho a Manabí qué se está haciendo para ganar la pelea por esos territorios en lo jurídico y político, o de lo que se ha hecho para crear conciencia en los miles de habitantes de las diferentes comunidades para que sepan, sientan y se convenzan que son manabitas. Salvo mejor opinión, ¡nadie! Y salvo expresiones de la viceprefecta Beatriz Ordoñez o del Jefe técnico del Consejo, Víctor Espinoza, muy poco es lo que se aprecia en eso de una auténtica pelea y representación.
Los alcaldes son una especie de consejeros provinciales al igual que los representantes de las juntas parroquiales y ni los unos ni los otros tienen una posición contundente en este tema. Y mientras estamos como “dormidos”, la gente y autoridades de provincias como Guayas “van con todo”, porque nos tienen medidos en nuestras reacciones, porque también saben que en la Manga del Cura hay dirigencia comunal que no se la complica y que recibe obras y beneficios de todos y que a la larga se irá con quien les dé y garantice más o con quien tenga más presencia o permanencia en esos territorios. Y hasta ahora no somos nosotros.
Tienen que “ponerse pilas”, el Prefecto y las demás autoridades, porque si perdemos ese territorio no solo que quedaran enterrados en la memoria de los manabitas, sino que estaremos también demostrando que no tenemos un liderazgo solido y que le garantice a la región una representación que pelee más espacios en el escenario de las decisiones nacionales, que es donde hasta ahora no hemos podido estar.<