Abundando los ejemplos al respecto, en que cada año nuestros productores agropecuarios afrontan el eterno problema de las dificultades que tienen para sacar a vender los productos de sus cosechas, haciéndolo la mayoría de las veces a lomo de mula, y cuando no disponen de acémilas y de mucho tiempo prefieren entregárselos al intermediario. Sin que por ello se desconozca la gran preocupación que el actual gobierno de la "Revolución Ciudadana" tiene  al respecto ejecutando muchos programas en beneficio del hombre del agro, así como de parte de nuestros organismos públicos como el Consejo Provincial y los municipios, que están empeñados en hacerlo en la medida de sus posibilidades presupuestarias, aunque no obstante  dicha  apertura de caminos no son habilitados oportunamente.

Con todo, tratándose de algo tan decisivo como es la producción agropecuaria, de la cual dependemos todos para nuestra supervivencia humana y con mayor razón si en nuestra Constitución está tipificada "la seguridad alimentaria", esta problemática no debe admitir postergación alguna en su solución definitiva.

En lo que relaciona a los caminos vecinales, de los cuales modestia aparte, universidades como la nuestra, y en particular el suscrito como Analista y Director de Proyectos , venimos   insistiendo  en que los mismos tienen que transformarse en las conocidas "guardarrayas", que se las construye con lastre, a fin de que sirvan en las dos estaciones del año; y, verbigracia, como las hay en las provincias de Los Ríos y El Oro, y que por eso en tales regiones del país nunca se llega a quedar y perder la producción de los principales productos de ellos como son en este caso el banano, el cacao y la soya.

Y conociéndose que este tipo de vía pueden ser entregadas a las comunidades para que ellas asuman el mantenimiento mediante el pontazgo, qué mejor que esto sea así para que nuestras entidades antes citadas no tengan que absorber tales egresos de recursos presupuestarios.<