Lotra noche, con motivo del concierto de la Big Band del Santo Tomás y porque era parte de su magnífico repertorio, trajimos a la memoria unos datos relativos al pasodoble taurino “España cañí” (cañí = gitana), a los cuales hoy queremos añadir otros. Si usted, lector, nos lo permite. Y si no, igual, aquí van:
Originalmente, su autor -el maestro Pascual Marquina Narro (Calatayud 1873-Madrid 1948)- lo tituló “El patronista cañí”, porque se lo dedicó a un ferviente admirador de su música, José López de Osa, que era cañí, oséase, gitano, y patronista (no pierda tiempo, no está en el DRAE: un patronista es quien diseña y fabrica moldes, patrones de zapatos, ¿ya? Bacán).
El man era de Almansa, La Mancha y se meaba porque don Pascual (que no quería amarrar vacalguna) le dedicara un pasodoble (que no es lo mismo que un sapo doble). Y el maestro Marquina que era tan buena gente, se la hizo. Es decir, se la dedicó. Con título y todo.
En pocas horas, una mañana de mayo de 1925, mientras viajaba en tren, antes de llegar a la feria taurina de Almansa, don Pascual se acordó del tal Pepe López y creó la canción. Y esa misma tarde entró al pueblo tocándola con la banda que él dirigía, la de ingenieros, que animaba fiestas por España, muy especialmente las de Almansa, en donde era el exclusivo, por decirlo así. Y fue la apoteosis pueblerina, pasodoblesca y taurina. Y cuentan que Pepe lucía sonrisa diorejaoreja y le brillaban losojitos diojeraojera.
Mañana le cuento más, Tomás. Pero hoy no, Jonás.
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