En este mes, se cumplirán 112 años del nacimiento de Borges. Su centenario lo celebró Francia en junio de 1999 en la Academia de las Artes de París, incorporando a Jorge Luis Borges a la Biblioteca de los Inmortales y con tal motivo, Mario Vargas Llosa, Nobel de Literatura 2010, en crónica especial sobre el autor, dijo que “el estilo de Borges es uno de los milagros estéticos del siglo XX.

 Estilo inteligente y limpio, de una concisión matemática, de audaces adjetivos e insólitas ideas, en el que, como no sobra ni falta nada, rozamos a cada paso ese inquietante misterio que es la perfección”. En contraste, los antiborgeanos dicen que “siendo Borges el escritor argentino más importante de esos años, es autor de una obra carente de importancia”, “un lujo excesivo” con páginas que deslizan desprecio por las masas, la causa de los más humildes y en particular, el fenómeno peronista. En la polémica, los contendientes admiran y respetan a Borges, y los detractores hacen su estrechez estética o ideológica. Cada quien con sus gustos, preferencias y sabores, pero la mayoría, ligados a la obra bella del escritor.
La crítica literaria contra Borges creo que amainó a partir de los años 70 y perdió vigencia en 1999, cuando París canonizó a este argentino de la literatura universal, genio estético y figura sin parangón en la historia del siglo XX. Sus cuentos, ensayos y poesías constan básicamente en dos volúmenes: “Borges – obras completas 1923 – 1972 – Emece Editores Buenos Aires”. Con su lectura me he preguntado: ¿Por qué Borges no ha sido Premio Nobel de Literatura?. La respuesta corresponde a la academia Sueca que decide y otorga el galardón. Sin embargo, pregunto si ¿Subsiste hoy en el mundo literario sentimiento antiborges o algún freno ideológico-moral, por resentimientos políticos-sociales de la derecha y la izquierda extremas? Que los historiadores del arte y de la política digan su verdad objetiva. Yo me limito a decir que la grandeza o la miseria del alma entran en juego en relación directa con la naturaleza de nuestra condición humana, honradez intelectual, vanidad o inferioridad moral. Ser alguien o no ser nadie al mismo tiempo, como diría el mismo escritor: laberintos, encrucijadas, realidades que fluyen como los rostros en los espejos y fluyen también las dudas… actualidad siempre candente que reverbera en discusiones sin acuerdos, cuando se habla del ingenio, el carácter, y la personalidad de los seres humanos, sus obras excepcionales, singulares y fecundas o las obras de naturaleza contraria.
¿Quién será en América el séptimo premio Nobel de Literatura, después del peruano Vargas Llosa y sus predecesores  Octavio Paz de México en 1990; García Márquez de Colombia en 1982; Pablo Neruda (Neptalí Ricardo Reyes Basoalto) de Chile en 1971; Miguel Ángel Asturias de Guatemala en 1967; y Gabriela Mistral de Chile en 1945?. Ese “ALGUIEN” de grandeza estética, merecedor del galardón, debe ser Borges, hombre universal, volando por lo metafísico en busca de algo diferente al mundo real. <